viernes, 24 de agosto de 2007

Me revienta la noche de la nostalgia

La buena música de décadas pasadas siempre es un buen pretexto para pasar un lindo rato. Pero que ese pretexto se vincule con la nostalgia es una muestra de la mentalidad de la mayoría de los uruguayos. Seguimos aferrados al pasado, soñando con que se repita, con volver a ser la Suiza de América, los campeones del mundo y los presuntamente más cultos de América Latina, sin advertir los cambios que se han registrado no sólo en el resto del planeta, sino también en Uruguay: tanto para bien, como para mal. Aunque no lo sepamos conscientemente, Manrique es el poeta preferido del alma uruguaya.
Quizás algún día volvamos a ser la Suiza americana, los campeones del mundo y los más cultos, pero no lo lograremos queriendo repetir un pasado que no regresará. Y que además, no era tan bueno como la nostalgia nos quiere hacer creer. El presente es el principal ingrediente para pensar y construir un futuro mejor.
Por eso no entiendo lo de la celebración de la nostalgia. Odio esta noche, como odio los días de la madre, del padre, del niño y del abuelo, porque no me gusta que los comerciantes me indiquen cuándo tengo que salir a bailar o hacer regalos. Lo hago cuando se me canta, y chau.
Hasta la próxima.

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