martes, 4 de septiembre de 2007

¡A rebobinar se ha dicho!

Parece que Kirchner empezó a rebobinar y ahora da señales de que aceptará el monitoreo conjunto de la planta de Botnia. Si esto se confirma y se llega a un acuerdo (nunca antes de las elecciones del mes próximo), le quitará un problema a Cristina, en el supuesto de que ésta sea la ganadora.
No le queda otra, salvo esperar una derrota en La Haya. Porque si Uruguay, durante el gobierno de Jorge Batlle, violó el tratado del río Uruguay, ese problema quedó subsanado con un acuerdo que firmaron los ex cancilleres Bielsa y Opertti, y por otro alcanzado en la Comisión Administradora del Río Uruguay. Esto fue confirmado en marzo de 2005 por el mismo Kirchner ante el Congreso de su país en la Memoria Anual del estado de la Nación 2004, donde en el punto 4.5.4, páginas 106 y 107, se lee lo siguiente:

En el mismo mes
(junio de 2004), ambos países firmaron un acuerdo bilateral, poniendo fin a la controversia por la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos.
Éste acuerdo respeta, por un lado el carácter nacional uruguayo de la obra, que nunca estuvo puesto en entredicho y, por otro lado, la normativa vigente que regula las aguas del Río Uruguay a través de la CARU.
Asimismo, supone una metodología de trabajo para las tres etapas de construcción de la obra: el proyecto, la construcción y la operación.
En el punto 4.5.16, página 127, se expresa:
Planta de Celulosa M’Bopicuá (Ence) y Emprendimiento Botnia. De acuerdo a las “coincidencias específicas de ambas Delegaciones ante la CARU” con referencia a la posible instalación de fábricas de pasta de celulosa a la vera del río Uruguay fue diseñado un “Plan de Monitoreo de la Calidad Ambiental del Río Uruguay en áreas de plantas celulósicas” que junto con el “Plan de Protección Ambiental del Río Uruguay” contribuye a mantener la calidad del recurso hídrico. Asimismo, fueron revisados y actualizados los estándares de Calidad de Agua”, restando su incorporación al Digesto de Usos del Río Uruguay.
Lo que ocurrió después, ese borrar con el codo los acuerdos firmados y el informe al Congreso, puede obedecer a varias causas, acerca de las cuales mucho se ha especulado: necesidades electorales del kirchnerismo, presiones de las empresas papeleras argentinas, que Botnia no aceptó pagar las coimas que le pidió el gobierno entrerriano para autorizar su instalación en la provincia vecina, etcétera.
El texto completo de la Memoria se encuentra en la siguiente dirección electrónica:
Hasta la próxima.

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